En el corazón de Rosenheim, Diana vive en un encantador ático que revela de inmediato su buen gusto, su personalidad y un enfoque funcional del diseño. En un espacio reducido, ha creado un hogar que no solo es estéticamente atractivo, sino también práctico, con atención al detalle y una visión clara sobre el interiorismo. Hablamos con ella sobre sus piezas favoritas, la mezcla de materiales y su filosofía decorativa.
Diana, ¿cómo consigues combinar estilo y funcionalidad en un espacio pequeño?
En un ático, cada metro cuadrado cuenta. Por eso elijo mis muebles y accesorios con mucha intención. No se trata de colocar un objeto bonito donde haya sitio, sino de seleccionarlo todo con cuidado. Cada pieza tiene su función y su lugar.
¿Hay algún mueble o detalle decorativo al que le tengas un cariño especial?
Sí, mi armario. Lo construyó un amigo carpintero y lo diseñamos juntos. Está hecho a medida para mí y mis necesidades. Me alegra tenerlo cada día. Es algo muy especial tener un mueble tan personal.
¿Qué era especialmente importante para ti al decorar tu apartamento?
Para mí es clave combinar diferentes materiales: le da profundidad y vida a cualquier espacio. Por ejemplo, me encanta el contraste entre una tela pesada como el bouclé y el vidrio.
Y también el diseño de las paredes. Incluso en espacios pequeños, no hay que tener miedo a los elementos decorativos atrevidos: son los que realmente aportan calidez y personalidad al hogar.
¿Cómo ha evolucionado tu estilo con el tiempo y qué se ha mantenido constante?
Mi estilo se ha vuelto definitivamente más colorido. Siempre me ha gustado mezclar épocas diferentes, pero con el tiempo me he vuelto más atrevida, especialmente con el uso del color. Creo que esa evolución refleja también cómo me siento en esta etapa de la vida.
Aun así, hay piezas que me acompañan desde mi primer piso, como un frutero de cromo o mi Balloon Dog rosa. Ahora le falta una oreja, pero no me imagino mi casa sin él.
Y para terminar: ¿qué es para ti un absoluto “no” y qué tendencia sigues con gusto?
Mis no-rotundos son los muebles blancos de alto brillo y la luz blanca fría – no van conmigo.
¿Una tendencia que sí sigo? ¡Los muebles y accesorios vintage! Me encantan los objetos con historia.
Gracias, Diana, por compartir con nosotros esta inspiradora mirada a tu hogar y tu manera tan personal de entender el estilo.
